domingo

27.

Un despertar entre las sombras
Un exilio en el infierno. 

Por cuanto tiempo nuestras huellas serán presas del dolor? 
Nuestras manos livianas de sostener el aire?

La mirada se perderá anegada en las margenes de lo inimaginable
y solo la caricia de nuestros niños podrán sacarnos del sopor taciturno.

Ahora solo puedo ser un hilo de voz colgado de un teléfono, un estanque de silencio.
Solo puedo darte mi pecho procurador de lágrimas, mis brazos para sostenerte.

Lo que se fue, no volverá.
Pero tu alma cobija tanto amor, que la vida tomara revancha y tu sonrisa surgirá como un volcán. 


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para vos ceci, para vos gaby.

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