miércoles

13.

Recorro con mis ojos los vertices de un libro que lleva mi nombre. No es común por estos días escuchar a alguien decir esas palabras. No es común para mí, que alguna vez las escribí. Recorro incesante las imágenes que me reportan lo que leo. Todos los universo que viví. Todas esas calle donde me quede dormido escribiendo linea tras linea, todo lo que tenia para decir.

Como es posible que un niño de unos veintitantos, tenga algo para decir, tanto para decir. Me pregunto hoy, despues de algunos años. Y sin embargo, las letras que me abrazan son exactas. Hoy sigo pensando que todo lo que dice en ese libro, es todo lo que tengo para decir. Cada palabra, cada marca grabada en mi memoria y todo lo que eso representa se siente tan verdadero, tan fiel a lo que soy, más alla de cualquier máscara

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